2 Timoteo 1:4-6

4 Deseando mucho verte, acordándome de tus lágrimas, para que me llene de gozo;

5 Trayendo a la memoria la fé no fingida que está en tí, que también habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy cierto que habita en tí también.

6 Por lo cual te amonesto, que despiertes el don de Dios que está en tí por la imposición de mis manos.