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2 Pedro 1 - Biblia Reina Valera Independiente 2012 RVI


Salutación

1 Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesús, el Cristo, a los que han alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesús, el Cristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

2 Gracia y paz les sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.

Partícipes de la naturaleza divina

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad [reverencia y respeto] nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegasen a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia [deseo pasional desordenado];

5 ustedes también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadan a su [de ustedes] fe virtud; a la virtud, conocimiento;

6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad [reverencia y respeto];

7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

8 Porque si estas cosas están en ustedes, y abundan, no les dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesús, el Cristo.

9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

10 Por lo cual, hermanos, tanto más procuren hacer firme su [de ustedes] vocación [llamamiento, reclutamiento] y elección; porque haciendo estas cosas, no caerán jamás.

11 Porque de esta manera les será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo.

12 Por esto, yo no dejaré de recordarles siempre estas cosas, aunque ustedes las sepan, y estén confirmados en la verdad presente.

13 Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertarles con amonestación;

14 sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesús, el Cristo me ha declarado.

15 También yo procuraré con diligencia que después de mi partida ustedes puedan en todo momento tener memoria de estas cosas.

Testigos presenciales de la gloria de Cristo

16 Porque no les hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesús, el Cristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

17 Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.

18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacen bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en sus [de ustedes] corazones;

20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.