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Proverbios 1 - Biblia Reina Valera 2004


Motivo de los proverbios

1 LOS proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

2 Para entender sabiduría y doctrina; Para conocer las razones prudentes;

3 Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad;

4 Para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes, inteligencia y cordura.

5 Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo;

6 Para entender parábola y declaración; palabras de los sabios, y sus enigmas.

7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Amonestaciones de la Sabiduría

8 Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre:

9 Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello.

10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas.

11 Si dijeren: Ven con nosotros, pongamos asechanzas a la sangre, Acechemos sin motivo al inocente;

12 Los tragaremos vivos como el sepulcro, y enteros, como los que caen en sima;

13 Hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestras casas de despojos;

14 Echa tu suerte entre nosotros; tengamos todos una sola bolsa.

15 Hijo mío, no andes en camino con ellos; Aparta tu pie de sus veredas:

16 Porque sus pies correrán al mal, e irán presurosos a derramar sangre.

17 Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave;

18 Mas ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo.

19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual prenderá el alma de sus poseedores.

20 La sabiduría clama de fuera, da su voz en las plazas:

21 Clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:

22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia?

23 Volveos a mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras.

24 Por cuanto llamé, y no quisisteis: Extendí mi mano, y no hubo quien escuchase;

25 Antes desechasteis todo consejo mío, Y mi reprensión no quisisteis:

26 También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;

27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.

28 Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán:

29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,

30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía:

31 Comerán pues del fruto de su camino, Y se hartarán de sus consejos.

32 Porque el reposo de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder.

33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente, Y vivirá reposado, sin temor de mal.