Biblia Total


Deuteronomio 1 - Nueva Biblia Española (1975)


Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb

1 Palabras que dijo Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán, es decir, en el desierto o estepa que hay frente a Espadaña, entre Farán a un lado y Tofel, Alba, Aldeas y Dorada al otro lado;

2 son once jornadas desde el Horeb hasta Cades Barne, pasando por la sierra de Seír.

3 Era el día primero del undécimo mes del año cuarenta cuando Moisés se dirigió a los israelitas por encargo del Señor.

4 O sea, después de la derrota de Sijón, rey amorreo que residía en Jesbón, y de Og, rey de Basan, que residía en Astarot (en Edrey)?.

5 Allende el Jordán, en territorio moabita, Moisés comenzó a inculcar esta ley, diciendo así:

6 El Señor nuestro Dios nos dijo en el Horeb: "Basta ya de vivir en estas montañas.

7 Pónganse en camino y diríjanse a las montañas amorreas y a las poblaciones vecinas dé la estepa, la sierra, la Sefela, el Negueb y la costa. O sea, el territorio cananeo, el Líbano y hasta el Río Grande, el Eufrates.

8 Mira, ahí delante te he puesto la tierra; entra a tomar posesión de la tierra que el Señor prometió dar a los padres de ustedes, Abrahán, Isaac y Jacob", y después a su descendencia.

Nombramiento de jueces

9 Entonces yo les dije: "Yo solo no doy abasto con ustedes,

10 porque el Señor, su Dios, los ha multiplicado y hoy son más numerosos que las estrellas del cielo.

11 Que el Señor, su Dios, los haga crecer mil veces más, bendiciéndolos como les ha prometido;

12 pero ¿cómo voy a soportar yo solo la carga de ustedes, sus asuntos y pleitos?

13 Elijan de cada tribu algunos hombres hábiles, prudentes y expertos, y yo los nombraré jefes suyos"".

14 Me contestaron que les parecía bien la propuesta.

15 Entonces yo tomé algunos hombres hábiles y expertos y los nombré jefes suyos: para cada tribu, jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y además alguaciles.

16 Y di a sus jueces las siguientes normas: "Escuchen y resuelvan según justicia los pleitos de sus hermanos, entre sí o con emigrantes.

17 No sean parciales en la sentencia, oigan por igual a pequeños y grandes; no se dejen intimidar por nadie, que la sentencia es de Dios. Si una causa les resulta demasiado ardua, pásenmela y yo la resolveré".

18 En la misma ocasión les mandé todo lo que tenían que hacer.

Misión de los doce espías

19 Así, pues, dejamos el Horeb y nos encaminamos a las montañas amorreas, atravesando aquel inmenso y terrible desierto que ustedes han visto, y cumpliendo las órdenes del Señor llegamos a Cades Barne.

20 Entonces les dije: "Han llegado a las montañas amorreas que el Señor, nuestro Dios, va a darnos.

21 Mira, el Señor, tu Dios, te ha puesto delante esa tierra. Sube y toma posesión, pues te la ha prometido el Dios de tus padres. No temas ni te acobardes"".

22 Pero ustedes acudieron a mí en masa y me propusieron: "Vamos a enviar por delante algunos que examinen la tierra y nos informen del camino que hemos de seguir y de las ciudades donde hemos de entrar".

23 Yo aprobé la propuesta, y escogí entre ustedes doce hombres, uno por tribu.

24 Ellos partieron, subieron a la montaña, llegaron al Torrente del Racimo y exploraron la zona,

25 tomaron muestras de los frutos del país, bajaron y nos informaron: "Es buena la tierra que el Señor, nuestro Dios, va a darnos".

26 Pero ustedes, rebelándose contra la orden del Señor, su Dios, se negaron a subir.

27 Y se pusieron a murmurar en sus tiendas: "Porque nos odia nos ha sacado de Egipto el Señor, para entregarnos a los amorreos y destruirnos.

28 ¡Adonde vamos a subir! Nuestros hermanos nos han acobardado con sus palabras, que la gente es más fuerte y corpulenta que nosotros, que las ciudades son enormes y sus fortificaciones más altas que el cielo, que hasta han visto anaquitas allí".

29 Yo les decía: "No se aterroricen, no les tengan miedo.

30 El Señor, su Dios, que va delante, luchará por ustedes, como ya lo hizo contra los egipcios, ante sus ojos.

31 Y en el desierto ya has visto que el Señor, tu Dios, te ha llevado como a un hijo por todo el camino hasta llegar aquí".

32 Pero ni por ésas creyeron al Señor, su Dios,

33 que había ido por delante buscándoles lugar donde acampar; de noche les marcaba el camino con un fuego; de día con una nube.

Dios castiga a Israel

34 El Señor, al oír lo que decían, se irritó y juró:

35 "Ni uno solo de estos hombres, de esta generación malvada, verá esa tierra buena que juré dar a sus padres.

36 Exceptúo a Caleb, hijo de Jefoné; él la verá, a él y a sus hijos daré la tierra que pise, por haber seguido plenamente al Señor".

37 También contra mí se irritó el Señor, por culpa de ustedes, y me dijo: "Tampoco tú entrarás allí.

38 Josué, hijo de Nun, que está a tu servicio, es quien entrará allí. Confírmalo, porque él ha de repartir la heredad a Israel.

39 Sus pequeños, que ustedes ya creían botín del enemigo; sus niños, que aún no distinguen el bien del mal, entrarán allí; a ellos se la daré en posesión.

40 Ustedes den la vuelta, vayan al desierto en dirección al Mar Rojo".

La derrota en Horma

41 Entonces ustedes me contestaron: "Hemos pecado contra el Señor. Vamos a subir a pelear, como nos había ordenado el Señor, nuestro Dios". Y se ciñeron todos las armas, como si fuera cosa fácil subir a la montaña.

42 Pero el Señor me dijo: "Diles que no suban a pelear, porque no estoy con ellos y el enemigo los derrotará".

43 Se lo dije y no me hicieron caso, se insolentaron contra la orden del Señor y subieron temerariamente a la montaña.

44 Los amorreos que habitaban allí hicieron una salida contra ustedes, los persiguieron como abejas y los derrotaron en Exterminio de Seír,

45 Volvieron llorando al Señor, pero el Señor no los escuchó ni los atendió.

46 Por eso se quedaron tanto tiempo viviendo en Cades.