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Isaías 41 - Biblia Serafín de Ausejo 1975


Seguridad de Dios para Israel

1 ¡Islas, escuchadme en silencio! Cobren nueva fuerza los pueblos. Que se acerquen, y entonces que hablen, juntos al juicio lleguemos.

2 ¿Quién suscitó del Oriente a aquel a quien la victoria le sale al paso, le entrega naciones para que a reyes impere? Los reduce a polvo su espada, a tamo fugitivo su arco.

3 Los persigue, atraviesa en paz, el camino con sus pies no roza.

4 ¿Quién lo realizó y lo hizo? Quien llama a las generaciones desde el principio, Yo, Yahveh, que soy el primero y que estaré con los últimos.

5 Lo ven las islas y temen, tiemblan los confines de la tierra. Se acercaron y vinieron.

6 Uno a otro se ayudan cada cual dice al otro: "¡Ánimo!".

7 Anima el artesano al orfebre, el que pulimenta con martillo al que golpea en el yunque. Dice de la soldadura: "¡Está bien!". La sujeta con clavos para que no se tambalee.

8 Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob a quien elegí, estirpe de Abrahán, mi amigo,

9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra, a quien llamé desde sus extremos más remotos, a quien dije: "Eres mi siervo", yo te elegí y no te he rechazado:

10 no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora.

11 Mira: quedarán confundidos y avergonzados todos los que se enojan contigo; serán como nada y perecerán los hombres que contigo discuten.

12 Los buscarás y no los encontrarás a los hombres que altercan contigo; serán como nada, una nulidad los hombres que guerrean contra ti.

13 Pues yo soy Yahveh, tu Dios, que toma tu diestra y te dice: "No temas; yo te ayudo".

14 No temas, gusanillo de Jacob, larva de Israel. "Yo te ayudo", dice Yahveh; tu redentor es el Santo de Israel.

15 Mira: te convierto en trillo, rastrillo nuevo con muchos dientes, trillarás las montañas y las triturarás, dejarás las colinas como paja.

16 Las aventarás, y el viento se las llevará, las dispersará el huracán; y tú te alegrarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás.

17 Los pobres, los necesitados buscan agua y no la hay, su lengua por la sed está reseca. Yo, Yahveh, los atenderé;

18 yo, Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré corrientes sobre las crestas, manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra seca en fuentes de agua.

19 Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; colocaré en la estepa cipreses, álamos junto con bojes,

20 para que vean y conozcan, adviertan y comprendan a la vez que la mano de Yahveh hace esto y el Santo de Israel lo crea.

Dios reta a los falsos dioses

21 Presentad vuestro pleito, dice Yahveh; aducid vuestras pruebas, dice el rey de Jacob.

22 Que se acerquen y nos anuncien las cosas que van a ocurrir. Anunciad qué fueron las cosas pasadas para que prestemos atención y conozcamos su desenlace, o declaradnos las cosas futuras.

23 Anunciad lo que ha de venir después, para que sepamos que sois dioses. ¡Ea!, haced algo bueno o malo, para que nos asustemos y todos temamos.

24 Mirad: vosotros sois menos que nada; vuestras obras, absoluta nulidad. Es abominable quien os elige.

25 Lo suscité del norte y vino, del sol naciente lo llamé por su nombre. Pisoteó gobernadores como barro, como pisa la arcilla el alfarero.

26 ¿Quién lo anunció desde el principio para que lo sepamos, o desde tiempo inmemorial para que digamos: "¡Exacto!"? Nadie en absoluto lo anunció, nadie en absoluto lo declaró, nadie en absoluto oyó vuestras palabras.

27 Yo, el primero, dije a Sión: "Mira: están aquí, y a Jerusalén envío un mensajero de dicha".

28 Miré, y no había nadie, entre éstos, no había un consejero para que les preguntara y ellos me respondieran.

29 Mirad: son nada todos ellos, son nulidad sus obras, viento y vacío sus estatuas.