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Juan 1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


El Verbo hecho carne

1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con el Todopoderoso y [el que es] la Palabra era poderoso.*

2 Él estaba en el principio con el Todopoderoso.

3 Todas las cosas fueron hechas por medio de él, y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho.

4 En él estaba la vida, y esa vida era la luz de los hombres.

5 La luz resplandece en medio de las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido.

6 Apareció un hombre, enviado por Elohim, que se llamaba Yojanán.

7 Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

8 No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.

9 Aquél era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo.

10 En el mundo estuvo, y el mundo fue hecho por medio de él, pero el mundo no lo conoció.

11 A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron.

12 Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de llegar a ser hijos de Elohim;

13 no por [linaje de] sangre, ni por el deseo carnal, ni por la voluntad del hombre, sino por Yahweh.

14 Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como del unigénito del Padre, lleno de amor y verdad.

15 Yojanán dio testimonio de él cuando proclamó: “Este es aquel de quien yo decía: El que viene después de mí se me ha adelantado, porque existía antes que yo”.

16 Porque de su plenitud todos nosotros recibimos, amor y más amor.

17 La Torah se dio por medio de Mosheh, pero el amor y la verdad nos han llegado por medio de Yahoshúa el Mashíaj.

18 A Yahweh nadie lo ha visto jamás; el unigénito de Elohim,* que está en el regazo del Padre, él lo ha dado a conocer.

Testimonio de Juan el Bautista

19 Este es el testimonio de Yojanán: Cuando las autoridades yahuditas le enviaron de Yerushaláyim unos sacerdotes y lewitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”

20 Él declaró sin negar nada, sino que confesó: “Yo no soy el Mashíaj”.

21 Así que le preguntaron: “¿Entonces, qué? ¿Eres tú Eliyah?” Y dijo: “No lo soy”. “¿Eres tú el Profeta?” Y respondió: “No”.

22 Le preguntaron entonces: “¿Quién eres?, para que demos respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices en cuanto a ti mismo?”

23 Él dijo: “Yo soy la voz de uno que proclama en el desierto: ‘Enderecen el camino de Yahweh’, como dijo el profeta Yeshayah”.

24 Los enviados eran de los fariseos.

25 Y le preguntaron: “¿Entonces, por qué sumerges, si tú no eres el Mashíaj, ni Eliyahu, ni el Profeta?”

26 Yojanán les respondió: “Yo sumerjo en agua, pero en medio de ustedes está uno a quien ustedes no conocen.

27 Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa del calzado”.

28 Esto sucedió en Bet-Hiní, al otro lado del Yardén, donde Yojanán estaba sumergiendo.

El Cordero de Dios

29 Al día siguiente, Yojanán vio a Yahoshúa que venía hacia él y dijo: “¡Este es el Cordero de Yahweh que quita el pecado del mundo!

30 Este es aquel de quien dije: ‘Después de mí viene un hombre que ha llegado a ser antes de mí, porque existía primero que yo’.

31 Yo no lo conocía; pero para que él se manifestara a Yisrael fue que vine yo sumergiendo en agua”.

32 Además, Yojanán dio testimonio diciendo: “He visto el espíritu bajar del cielo como paloma, y posarse sobre él.

33 Yo no lo conocía, pero el que me envió a sumergir en agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas bajar el espíritu y posarse sobre él, éste es el que sumerge en el espíritu de santidad’.

34 Yo lo he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Elohim”.

Los primeros discípulos

35 Al día siguiente, estaba de nuevo Yojanán con dos de sus discípulos.

36 Al ver a Yahoshúa que andaba por allí, dijo: “¡Este es el Cordero de Yahweh!”

37 Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron a Yahoshúa.

38 Yahoshúa, al voltearse y ver que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Y ellos le dijeron: “Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives?”

39 Él les dijo: “Vengan y verán”. Así que fueron y vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima.

40 Andrés, el hermano de Shimón Kefá, era uno de los dos que habían oído a Yojanán y habían seguido a Yahoshúa.

41 Este se encontró primero con su hermano Shimón y le dijo: “Hemos encontrado al Mashíaj (que significa ungido)”.

42 Él lo llevó a Yahoshúa, y al verlo Yahoshúa le dijo: “Tú eres Shimón hijo de Yojanán. Tú te llamarás Kefá”; (que significa piedra).

Jesús llama a Felipe y a Natanael

43 Al día siguiente, Yahoshúa quiso salir para el Galil y se encontró con Felipe. Y Yahoshúa le dijo: “Sígueme”.

44 Felipe era de Bet-Tsaidah, la ciudad de Andrés y de Kefá.

45 Felipe encontró a Netanel y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Mosheh en la Torah, y también los Profetas: a Yahoshúa el Natsereno, el hijo de Yosef.

46 Y le dijo Netanel: “¿De Natséret puede salir algo bueno?” Felipe le dijo: “Ven y ve”.

47 Yahoshúa vio que Netanel venía hacia él y dijo de él: “¡Este es un verdadero yisraelita, en quien no hay engaño!”

48 Netanel le preguntó: “¿De dónde me conoces? Yahoshúa le respondió: “Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, yo te vi”.

49 Netanel le respondió: “Rabí, ¡tú eres el Hijo de Elohim! ¡Tú eres el rey de Yisrael!”

50 Yahoshúa le dijo en respuesta: “¿Crees porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Cosas mayores que éstas verás!”

51 Y les dijo: “En verdad, en verdad les digo que verán el cielo abierto y a los mensajeros de Elohim subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre”.