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Mateo 6 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Jesús y la limosna

1 “Cuídense de practicar su justicia delante de la gente con el fin de que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que está en el cielo.

2 Así que cuando hagas obras de misericordia, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. En verdad les digo que ellos ya tienen su recompensa.

3 Pero cuando tú hagas obras de misericordia, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

4 para que tus obras de misericordia sean en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará.

Jesús y la oración

5 “Cuando oren, no sea como los hipócritas, que les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea. En verdad les digo que ya tienen su recompensa.

6 Tú, cuando ores, entra en tu cuarto y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.

7 Y al orar, no hagan repeticiones inútiles, como los gentiles, que piensan que los escucharán por su palabrería.

8 Por tanto, no sean como ellos, porque su Padre sabe qué cosas necesitan ustedes antes que le pidan.

9 “Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo: Santificado sea tu nombre,

10 venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra.

11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

12 Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

13 Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. [Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén].*

14 Porque si ustedes perdonan a los demás sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes.

15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre les perdonará sus ofensas.

Jesús y el ayuno

16 “Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que cambian de semblante para demostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya tienen su recompensa.

17 Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,

18 para que no demuestres a la gente que estás ayunando, sino a tu Padre que está en lo secreto. Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.

Tesoros en el cielo

19 “No acumulen para ustedes riquezas en la tierra, donde la polilla y el moho corrompen, y donde los ladrones irrumpen y roban.

20 Más bien, acumulen para ustedes riquezas en el cielo, donde ni la polilla ni el moho corrompen, y donde los ladrones no irrumpen ni roban.

21 Porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.

La lámpara del cuerpo

22 “Lo revelador de una persona es su disposición. De manera que, si tu disposición es generosa, toda tu persona será agradable.

23 Pero si tu disposición es mezquina, toda tu persona será desagradable. Así que, si lo que hay de agradable en ti se hace desagradable, ¡cómo será lo desagradable! *

Dios y las riquezas

24 “Nadie puede servir a dos amos: porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servirle a Elohim y al dinero.

El afán y la ansiedad

25 “Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué van a comer o qué van a beber; ni por sus cuerpos, qué van a vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

26 Fíjense en las aves del cielo, que no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?

27 ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un codo?

28 ¿Por qué se afanan por el vestido? Fíjense en los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan;

29 pero les digo que ni aun Shelomoh, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos.

30 Si Elohim viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana la echan en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?

31 “Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos cubriremos?’

32 Porque los gentiles buscan todas esas cosas, pero su Padre que está en el cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas.

33 Más bien, busquen primeramente el reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura.

34 Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.