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Habacuc 2 - Nueva Biblia Española (1975)


Jehová responde a Habacuc

1 Me pondré de centinela, haré la guardia oteando a ver qué me dice, qué responde a mi reclamación.

2 El Señor me respondió: Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido":

3 la visión tiene un plazo, jadea hacia la meta, no fallará; aunque tarde, espérala, que ha de llegar sin retraso.

4 "El ánimo ambicioso fracasará, el inocente, por fiarse, vivirá".

5 Aunque se lance el pérfido, un tipo fanfarrón, nada conseguirá; aunque ensanche las fauces como el abismo y sea insaciable como la muerte; aunque arramble con todos los pueblos y se adueñe de todas las naciones,

Ayes contra los injustos

6 todos ellos entonarán contra él coplas y sátiras y epigramas:

7 ¡Ay del que acumula bien ajeno, ¿por cuánto tiempo?, y amontona objetos empeñados! De pronto se alzarán tus acreedores, despertarán y, sacudiéndote bien, te desvalijarán;

8 porque saqueaste a tantas naciones, los demás pueblos te saquearán; por tus asesinatos y violencias en países, ciudades y poblaciones.

9 ¡Ay del que mete en casa ganancias injustas y anida muy alto para librarse de la desgracia!

10 Destruyendo a tantas naciones has planeado la afrenta de tu casa y has malogrado tu vida.

11 Las piedras de las paredes reclamarán alternando con las vigas de madera.

12 ¡Ay del que construye con sangre la ciudad y asienta la capital en el crimen!

13 Él Señor de los ejércitos ha decidido que trabajen los pueblos para el fuego y las naciones se fatiguen en balde,

14 cuando toda la tierra se llene del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas colman el mar.

15 ¡Ay del que emborracha a su prójimo, lo embriaga con una copa drogada, para remirarlo desnudo!

16 Bebe tú también y enseña el prepucio, hártate de baldones y no de honores, que te pasa la copa la diestra del Señor y tu ignominia superará a tu honor.

17 El Líbano violentado te aplastará, la matanza de animales te aterrará: por tus asesinatos y violencias en países, ciudades y poblaciones.

18 ¡Ay del que dice a un leño: Despierta, y a una piedra: Desperézate! ¿Te va a instruir? Míralo forrado de oro y plata, y no tiene alma.

19 ¿De qué le sirve al ídolo que lo talle el artífice si es una imagen, un maestro de mentiras? ¿De qué al artífice confiar en su obra o fabricar ídolos mudos?

20 En cambio, el Señor está en su santo templo: ¡silencio en su presencia todo el mundo!