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Isaías 57 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


Condenación de la idolatría de Israel

1 Un justo perece, pero eso a nadie le importa. Hombres de bien desaparecen, sin que nadie comprenda que por obra del malvado desaparece el justo.

2 "¡Váyase en paz! ¡Que descanse en su tumba! ¡Siga su camino!"

3 ¡Vosotros! Venid acá, hijos de bruja, semilla de ramera, fornicarios.

4 ¿De quién os burláis? ¿Por quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de pecado, raza de bastardos,

5 los que entráis en celo en el encinar, bajo todo árbol lozano, los que degolláis niños en las torrenteras, bajo las hendiduras de las peñas?

6 ¡En los cantos de la torrentera hayas tu parte! ¡Ellas, ellos te toquen en suerte! También sobre ellos vertiste libación al presentar ofrenda. ¿Acaso con eso me voy a aplacar?

7 Sobre monte elevado y excelso pusiste tu lecho. También allá subiste a inmolar sacrificio.

8 A la puerta, en la jamba, pusiste tu anuncio. Sin mí te desnudaste, y abierto el lecho, subiste; tuviste trato con quienes te gustó acostarte, previo examen de la mano.

9 Te has acercado con aceite para Mélec, multiplicaste tus aromas. Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el Seol.

10 De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: "Me rindo." Hallaste el vigor de tu mano, y así no quedaste debilitada.

11 Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste embustera, y de mí no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No es que porque me callé desde siempre, a mí no me temiste?

12 Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharán.

13 Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos ellos los llevará el viento, los arrebatará el aire. Pero aquel que se ampare en mí poseerá la tierra y heredará mi monte santo.

14 Entonces se dirá: Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo.

15 Que así dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo nombre es Santo. "En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados.

16 Pues no disputaré por siempre ni estaré eternamente enojado, pues entonces el espíritu ante mí desmayaría y las almas que yo he creado.

17 Por culpa de su codicia me enojé y le herí, ocultándome en mi enojo. Pero el rebelde seguía su capricho.

18 Sus caminos vi. Yo le curaré y le guiaré, y le daré ánimos a él y a los que con él lloraban,

19 poniendo alabanza en los labios: ¡Paz, paz al de lejos y al de cerca! - dice Yahvé -. Yo le curaré."

20 Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo.

21 "No hay paz para los malvados" - dice mi Dios -.