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Deuteronomio 20 - Biblia Castilian 2003


Leyes sobre la guerra

1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les temas, pues Yahveh, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.

2 Cuando estéis a punto de entablar el combate, se adelantará el sacerdote y hablará al pueblo,

3 diciéndole: "Escucha, Israel; estáis a punto de dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, ni os turbéis, ni tembléis ante ellos,

4 porque Yahveh, vuestro Dios, marcha con vosotros para combatir por vosotros contra vuestros enemigos; y él os salvará".

5 Luego, los escribas hablarán al pueblo, diciéndole: "¿Hay alguno que haya construido una casa nueva y no la haya estrenado todav a? Que se vaya y vuelva a su casa; no sea que perezca en el combate y sea otro el que la estrene.

6 ¿Hay alguno que haya plantado una vi a y no la haya vendimiado todav a? Que se vaya y vuelva a su casa; no sea que muera en el combate y la vendimie otro.

7 ¿Hay alguno que se haya prometido con una mujer y no la haya tomado todav a por esposa? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la tome otro".

8 Después los escribas volverán a hablar al pueblo y le dirán: "¿Hay alguno que tenga miedo y sienta desfallecer su corazón? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no haga desfallecer como el suyo el corazón de sus hermanos".

9 Cuando los escribas hayan acabado de hablar al pueblo, los jefes del ejército se pondrán a la vanguardia de las tropas.

10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le ofrecerás la paz.

11 Si la acepta y te abre sus puertas, toda la población que haya en ella te quedará sometida a prestación personal de trabajo y estará a tu servicio.

12 Pero si rechaza la paz y te declara la guerra, la sitiarás,

13 y cuando Yahveh, tu Dios, la entregue en tu mano, pasarás a filo de espada a todos sus varones.

14 Pero las mujeres, los ni os, el ganado y cuanto hay en la ciudad los tomarás para ti como bot n; y comerás de los despojos de tus enemigos que Yahveh, tu Dios, te ha entregado.

15 As harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, que no sean ciudades de tus naciones vecinas.

16 Pero en las ciudades de estos pueblos cercanos que Yahveh, tu Dios, te va a dar en posesión, no dejarás nada con vida.

17 Entregarás al anatema a esos pueblos: los hititas, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, como Yahveh, tu Dios, te ha ordenado,

18 para que no os ense en a practicar ninguna de las abominaciones a que esta gente se entrega en el culto a sus dioses, y pequéis contra Yahveh, vuestro Dios.

19 Cuando ataques una ciudad y, para apoderarte de ella, tengas que tenerla sitiada mucho tiempo, no destruirás sus árboles, aplicándoles el hacha, pues has de comer de ellos. No los talarás. Pues ¿acaso los árboles son hombres para que tú los trates como a sitiados?

20 Sólo los árboles que veas que no son frutales podrás talar y derribar, para construir con ellos ingenios de asedio contra esa ciudad que te hace la guerra, hasta que se rinda.