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Jeremías 22 - Biblia Castilian 2003


Profecías contra los reyes de Judá

1 Yahveh me dijo as: "Baja a la casa del rey de Judá y pronuncia all estas palabras.

2 Dirás: escucha la palabra de Yahveh, rey de Judá, que te sientas en el trono de David, tú, tus servidores y tu pueblo que entráis por estas puertas.

3 As dice Yahveh: practicad el derecho y la justicia, liberad al oprimido de la mano del opresor, no molestéis ni oprimáis al forastero, al huérfano ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.

4 Porque si de verdad cumpl s esta orden, entonces por las puertas de esta casa entrarán reyes que se sienten en el trono de David, montados en carros y caballos, ellos, sus servidores y su pueblo.

5 Pero si no escucháis estas palabras, juro por m mismo - oráculo de Yahveh - que esta casa vendrá a ser una ruina.

6 Pues as dice Yahveh acerca de la casa del rey de Judá: Un Galaad eres para m, una cumbre del L bano; pero haré de ti un desierto, como las ciudades no habitadas.

7 Preparo contra ti destructores, cada uno con sus armas; cortarán tus cedros más selectos y los arrojarán al fuego.

8 Pasarán naciones numerosas por esta ciudad, y unas a otras se dirán: "¿Por qué obró as Yahveh con esta gran ciudad?"

9 Y dirán: "Porque abandonaron la alianza de Yahveh, su Dios, adoraron a otros dioses y los sirvieron"".

10 No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el pa s en que nació.

11 Pues as dice Yahveh acerca de Salún, hijo de Jos as, rey de Judá, que reinó en lugar de Jos as, su padre, y que salió de este lugar: "No volverá más aqu,

12 sino que en el lugar adonde lo han llevado cautivo, all morirá y ya no volverá a ver este pa s".

13 ¡Ay de quien construye su casa sin justicia y sus habitaciones superiores sin derecho, obliga a trabajar a su prójimo de balde sin pagarle su salario!

14 Y dice: "Me construiré una casa espaciosa con grandes habitaciones". Le abre ventanas, las recubre de cedro y las pinta de rojo.

15 ¿Acaso eres rey para apasionarte por el cedro? ¿No comió y bebió tu padre? Pero practicó el derecho y la justicia, y as le fue bien.

16 Juzgó la causa del pobre y del necesitado, y entonces le iba bien. ¿No es esto conocerme? - oráculo de Yahveh -.

17 Pero tus ojos y tu corazón sólo piensan en tus ganancias, en derramar sangre inocente, en ejercer opresión y violencia.

18 Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: "¡Ay, hermano m o!", o: "¡Ay, hermana m a!". No se lamentarán por él: "¡Ay, Se or!", o: "¡Ay su majestad!".

19 Será sepultado como lo es un asno: se le arrastrará y se le tirará fuera de las puertas de Jerusalén.

20 Sube al L bano y grita, en el Basán alza tu voz, grita desde Abar n, pues todos tus amantes están aplastados.

21 Te hablé cuando viv as tranquila. Dijiste: "No quiero o r". Éste es tu proceder desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz.

22 A todos tus pastores los apacentará el viento, y los amantes irán al cautiverio; entonces, s, sentirás vergüenza y sonrojo de toda tu maldad.

23 Tú, que moras en el L bano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta!

24 Por mi vida - oráculo de Yahveh - que aunque Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, fuera anillo de sello en mi mano derecha, sin vacilar me lo arrancar a.

25 Te entregaré en mano de quienes atentan contra tu vida y en mano de aquellos a quienes temes, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de los caldeos.

26 Te expulsaré a ti y a la madre que te dio a luz a otro pa s en donde no habéis nacido, y all moriréis.

27 Pero al pa s adonde su alma anhela volver, all no volverán.

28 ¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jecon as, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un pa s que no conocen?

29 ¡Tierra, tierra, tierra: escucha la palabra de Yahveh! As dice Yahveh: "Inscribid a este hombre como sin hijos, como hombre que en sus d as no ha de prosperar; pues nadie de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni reinar jamás en Judá".