Isaías 59:1-3

1 No, la mano del Señor no es demasiado corta para salvar, ni su oído tan duro como para no oír;

2 pero vuestras perversidades han abierto un abismo entre vosotros y vuestro Dios; vuestros pecados han hecho que oculte su rostro para no escucharos.

3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de perversidad; vuestros labios dicen mentira, vuestras lenguas murmuran falsedad.